El último viaje, llega sin avisarnos, sin prepararnos, sin decidirlo.
Y a veces, no nos permite ni despedirnos, y nos vamos sin un adiós sin un abrazo, sin un te amo, sin un perdóname.
Mientras vivimos, realizamos tantos viajes y hacemos tantos planes, pero nunca pensamos en ése… Que llega cuando menos lo esperamos y como un ladrón nos transporta a otro plano.
Es como un rapto que deja una estela de dolor y llanto, es inexplicable y lleno de asombro, cuesta creerlo porque parece una mentira, y es una lucha para los nuestros poder aceptarlo
Porque duele tanto, que hasta respirar se hace difícil.
Nunca pensamos que en cualquier instante podemos perder la vida y la desperdiciamos corriendo tras muchas cosas, acumulando bienes y apegándonos a todo, cuando sabemos que nada nos llevaremos.
A veces, salimos de casa dando un portazo sin pensar que quizás, ese sea nuestro adiós…